Mi siniestra rasga versos
redimidos sin perdón.
Viejas tretas que me obligan
a escribir sin convicción
a sangrarme una canción.
Siempre fuiste beso libre,
musa eterna de Joaquín,
rendición en la trastienda
¿Quién robó tu mes de abril?
Latido a contratiempo,
rebelde de adoquín,
siempre crimen imperfecto,
sueño húmedo y febril.
Blues errante, vuelta al norte,
acorde intenso, lento, gris,
clamor violento, fervor en vena,
frío viento que secuestra el fin del bis a bis.
Y sin querer querer diciendo te quiero;
muere abril, cae febrero.
Orgulloso de llorarte último
por no saber reír primero.
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