lunes, 25 de abril de 2011

Vuelta al norte



Mi siniestra rasga versos
redimidos sin perdón.
Viejas tretas que me obligan
a escribir sin convicción
a sangrarme una canción.

Siempre fuiste beso libre,
musa eterna de Joaquín,
rendición en la trastienda
¿Quién robó tu mes de abril?

Latido a contratiempo,
rebelde de adoquín,
siempre crimen imperfecto,
sueño húmedo y febril.

Blues errante, vuelta al norte,
acorde intenso, lento, gris,
clamor violento, fervor en vena,
frío viento que secuestra el fin del bis a bis.

Y sin querer querer diciendo te quiero;
muere abril, cae febrero.
Orgulloso de llorarte último
por no saber reír primero.

viernes, 1 de abril de 2011

Otro falso empate a nada


Tus tacones resentidos castigan el asfalto
sin pedir permiso ni cuadrar las cuentas.
Pasos rápidos, canciones lentas.
Balizas titilantes que anticipan
otro jueves de tormenta.

Detonas el día con el último ¿Por qué suspiras? sin respuesta.
Vuelves, sin rumbo, a devorar las calles.
Lamentas un nuevo jirón de alma cosido a tientas.

Escuché por primera vez tu nombre
entre fumadores exiliados en las puertas de los bares.
A lomos de nubes de humo, cantaban tu historia.
Romances de ranchera descarnada,
letras dignas de orquesta hiriendo su memoria.

Bailando al son de la periferia.
representabas la réplica de La Libertad.
Enarbolaste la bandera de los desahuciados.
Fuiste, pasada la media noche
la líder desnuda soñada por Delacroix

Palpé a oscuras el relieve de tus cicatrices
de Alter  Hours.
Recé cual credo tus estigmas y tatuajes paganos.
Me enseñaste al besar  repetidas veces mi copa
que el hielo en el güisqui sucumbe, se ahoga, no flota.

Seguimos durante meses el rastro lumínico
de los cantos de sirena.
Buscamos, sin éxito, un soplo de inspiración
Jadeo tras Jadeo
Espiración tras espiración.

¿Por qué no me escribes? ¿Por qué no me mientes?
Reprochas con voz áspera y desolador hastío.
¿Por qué ya no te basta con sacar a relucir
las credenciales de flaco muy gato,
sonrisa torcida y vaso medio vacío?

Con más duelos al alba
que brindis al sol de mediodía,
enfilemos esta encrucijada.
Asumamos a base de silencio y olvido
que ciertos versos nunca podrán rimar.
Bebamos de un trago la penúltima
y con una brizna de orgullo en la mirada.
Finjamos, amparados por la última estrella,
Otro falso empate a nada.